Sabemos que hoy en día conseguir un solar es muy sencillo, pero estamos seguros de que más de una vez has elegido un solar que no te ha gustado o que no ha cumplido tus expectativas. En el post de hoy os dejamos unos tips para conseguir la mejor protección.

  1. Usa un protector solar específico para el rostro y otro para el cuerpo. La piel del rostro y la del resto del cuerpo no son iguales y, por lo tanto, no tienen las mimas necesidades. La piel de la cara es mucho más sensible que la del resto del cuerpo y, además, se encuentra expuesta de forma constante a los agentes externos y al sol. Es por ello por lo que normalmente nos encontramos formulaciones más sofisticadas en los protectores faciales, que incluyen también tratamientos específicos, distintos tipos de acabado, tonalidades…según tus necesidades.
  2. Recuerda que SPF 50+ no va a hacer que no te pongas moreno ¡ES UN MITO!. Para ello debemos conocer que significa SPF realmente: Según nuestro fototipo de piel, tardaremos más o menos tiempo en quemarnos. El número del SPF no es más que el número de veces que el protector solar aumenta la resistencia natural de nuestra piel ante las quemaduras.
  3. Busca protectores solares de amplio espectro (UVA, UVB, IR, HEV). Esto significa buscar protectores solares con capacidad de proteger nuestra piel tanto de los rayos UVB (más superficiales y responsables de las quemaduras) como de los UVA (penetran más en la piel y son responsables del envejecimiento, eritemas o cáncer cutáneo), infrarrojos (IR) o luz azul (HEV). Estos ofrecen una protección más completa, si tienes una piel con necesidades especiales o sensible, utiliza siempre filtros minerales o biológicos.
  4. Selecciona la textura acorde con tu tipo de piel. Una de las cosas que más nos gusta a la hora de elegir un solar es acertar con su textura y que esta sea acorde a las necesidades de nuestra piel. De forma muy general, siempre que tengas una piel mixta-grasa elegiremos un gel oil-free de textura ligera y no comedogénico, mientras que pieles más secas se decantarán por formatos en crema más nutritivos.
  5. Complementa tu protección solar tópica con oral. Como hemos comentado antes, aún aplicando de manera correcta el fotoprotector tópico, una gran parte de la radiación solar acaba atravesando la piel y produciendo daños. Es por ello por lo que el uso de fotoprotectores orales pueden ser una opción muy interesante que cada vez está cogiendo más fuerza. Estos son complementos alimenticios formulados a base de antioxidante que contribuyen a la protección celular y refuerzan la defensa natural de nuestra piel. ¡Recuerda que la fotoprotección oral NUNCA sustituye a la tópica!.
  6. Utiliza formatos cómodos para el reaplicado. Ya hemos comentado que es fundamental que te reapliques el fotoprotector cada 2 o 3 horas, cada vez que te des un baño o te seques con la toalla. Muchas veces solemos alargar este tiempo, bien por pereza, incomodidad, o simplemente por olvido. Nuestro truco es que busques formatos como sprays o brumas, que pueden ser más cómodos y prácticos a la hora de la reaplicación. También el formato stick es muy interesante, ya que es perfecto para llevar en el bolso y reaplicar en zonas sensibles.

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