El hierro es indispensable para nuestro organismo y fundamental para que los glóbulos rojos puedan transportar oxígeno. La falta de hierro causa patologías como las anemias y síntomas asociados como la fatiga, la debilidad, mareos, dolores de cabeza, uñas quebradizas…

Es habitual encontrarnos en el mostrador con pacientes suplementados o en tratamientos con hierro, bien para tratar anemia o para prevenirla. Pero ¿por qué si llevas una alimentación adecuada el hierro no es suficiente? O ¿por qué hay tantos problemas con la absorción y metabolismo del hierro en nuestro cuerpo? Hoy os hablamos sobre ello.

¿TODOS LOS HIERROS SON IGUALES?

El hierro en su forma elemental es un metal inestable que se oxida fácilmente. Por esta razón en los medicamentos o suplementos se encuentra en forma de complejos (Sulfato ferroso, fumarato ferroso, gluconato ferroso…) que hacen que sea más estable. Por tanto, todos los suplementos contienen el mismo tipo de hierro(II); lo que puede variar es como se absorbe o como interactúa con los alimentos y ahí es donde nosotros podemos actuar.  El principal efecto secundario de los complementos con hierro es a nivel gastrointestinal ya que muchos de ellos deben tomarse en ayunas y provocan náuseas o dolor estomacal debidos a la macromolécula. Actualmente los avances galénicos nos ofrecen algunas presentaciones con sistemas de liberación específicos para evitar este efecto negativo además de permitirnos poder tomarlo junto con alimentos.

¿QUÉ LE OCURRE AL HIERRO EN NUESTRO CUERPO?

El metabolismo del hierro en nuestro cuerpo es complejo e incluye varios procesos: absorción intestinal, transporte, almacenamiento, incorporación a las proteínas y reciclado del mismo tras la degradación de los eritrocitos.

Si hablamos de captación, el hierro de nuestra dieta puede clasificarse como hierro hemo y no hemo. El hemo, que se encuentra en la carne, el pescado y las aves, presenta alta biodisponibilidad y contribuye a una cantidad considerable del hierro absorbido (20-30%) y su captación no se ve afectada por otros componentes de la alimentación. El hierro no hemo está disponible en cantidades variables en todos los alimentos de origen vegetal y constituye la mayor parte del hierro de la alimentación (aprox 90 %). Su biodisponibilidad se ve fuertemente afectada por la presencia de factores de inhibición o potenciación. Los fitatos (salvado y semillas), oxalatos (fruta y verduras), polifenoles (té), calcio, diferentes proteínas lácteas, huevo, soja y ciertos fármacos (inhibidores de la bomba de protones) inhiben la absorción del hierro no hemo, mientras que el tejido muscular (carne, pescado, aves) y la vitamina C tienen un efecto potenciador.

Es importante comprender que la absorción del hierro se produce predominantemente en el duodeno y en la parte superior del yeyuno. Previamente en el estómago el ácido clorhídrico favorece el paso de hierro férrico a hiero ferroso , el cual se absorbe mejor. Una vez en los enterocitos, el hierro puede exportarse a plasma o puede almacenarse dependiendo de las necesidades del organismo en ese momento.

¿PERO POR QUÉ INSISTIMOS TANTO EN LA VITAMINA C DESDE EL MOSTRADOR?

La vitamina C aumenta la biodisponibilidad del hierro tanto de la dieta como de los suplementos de hierro, aún en presencia de factores inhibidores, tales como los fitatos, los taninos y el calcio además de prevenir la formación de hidróxido férrico insoluble. Forma complejos solubles manteniéndolos solubles incluso en medios básicos como el duodeno. En resumen lo que hace es favorecer la condición ácida que permite la reducción del hierro además de formar quelatos solubles manteniendo esta condición incluso en el medio alcalino del intestino.

En conclusión, nuestro consejo si tomas un suplemento de hierro es que no olvides que además de tomarlo deber favorecer su absorción para conseguir los resultados. Además no olvides:

  1. Tomarlo en ayunas con el estómago vacío.
  2. Evita tomar leche, calcio, chocolate o café al mismo tiempo
  3. Tómalo junto con una vitamina C de calidad para aumentar su absorción (muchas presentaciones ya la incluyen en su composición)
  4. Separa la toma de otros medicamentos 2 horas de la ingesta de hierro (especialmente si son suplementos con calcio, zinc o ácido fólico)
  5. Cuida tu alimentación.

¡ Si tienes dudas te invitamos a visitarnos !


1 comentario

Nerea · 17 de junio de 2024 a las 10:38

Muy interesante! 🙂

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *